Claudia se casó en noviembre, un día de mucho viento. Por las imágenes, nunca dirías que es otoño, pero esa es la magia de la costa alicantina. Ella tenía muy claro que para su gran día quería llevar algo propio de una novia muy especial, algo que pasara a la posteridad como uno de los vestidos más bonitos que llevaría en su vida. Y lo hemos conseguido.
La base del vestido de Claudia es un tejido orgánico hecho de bambú y seda, una combinación que le aporta un aire muy natural al vestido, incluso en la tonalidad cremosa y la textura. Los detalles de los hombros y cuello son un plisado pequeño de algodón. Y, como buscábamos algo realmente especial, para Claudia hicimos esta incrustación a mano en el cuerpo del vestido. Cada una de las piezas cosidas con puntadas tan pequeñas que parecen un relieve del propio tejido.
Para la falda de vuelo elegimos la bambula de seda, que a diferencia del goergette tiene una trama más rugosa, de esta manera continuamos con la naturalidad de los tejidos. El broche de oro, la capa de tul de seda natural, que fluía desde los hombros con una suavidad increíble, casi como si se derritiera sobre los hombros y acabara en una cola.
La boda de esta pareja estuvo llena de detalles espectaculares, de momentos tan bonitos captados magistralmente por @dosmasenlamesa. Y estos arreglos florales tan especiales solo podía haberla creado @lafederica.
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